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Nada por ahora
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Besos a Medianoche. Capítulo XII. Parte II.



—No me jodas.
            Después de declarar esas palabras con un tono de voz atónito y desconcertado, le dio una última mirada al guardián de los lobos y girándose sobre si mismo se dedicó a buscar la salida.
            “Si fueran vampiros, el consejo lo sabría y no me enviarían por allí a hacer el tonto”.
            Se detuvo abruptamente pensativo antes de conseguir alcanzar la puerta.
            ¿Pero, y qué si no lo sabían?.
            Rápidamente, rebuscó en el bolsillo de su chaqueta hasta que dio con su teléfono móvil; mientras estiraba la mano y abría la perilla de la puerta, marcó rápidamente un número en la pantalla táctil y se lo llevó a la oreja.
            Después de un par de veces que timbró el teléfono indicando el inicio de la llamada, Alex se encontró con la voz un poco disgustada de Ethan.
            —Estaba jugando Plants Vs. Zombies[1], espero que sea algo importante para que me hayas interrumpido en el último nivel.
            Alex hizo rodar los ojos y se acarició la frente con suavidad.
            —Eres un hombre adulto de cien años, ¿Y tu pasatiempo es jugar a un juego para niños? —Preguntó mientras avanzaba por el camino que daba al final del territorio de los lobos.
            —Se me ha dañado el PS3[2], así que por ahora no puedo jugar a CoD ni a Uncharted[3]; y eso que ya había pasado la mayor parte de las misiones —Susurró Ethan con voz sentida; Alex simplemente no se creía que en años atrás el mismo vampiro había sido un caradura y difícil de tratar, más ahora, Alex era quien andaba tras él como si fuera el único cuerdo e inteligente de los dos.
            —Déjalo —Estuvo a un paso de colgar cuando se lo pensó un poco mejor —. ¿Tienes el número telefónico de Svante? Me urge hablar con él.
            —¡Oh! —El tono de voz con el que Ethan soltó esa pequeña exclamación se oyó cargado de interés y curiosidad —. ¿Sucedió algo malo en casa de los lobos?
            —No te cuento, vete a jugar tu Plants Vs. Zombies.
            Ethan soltó una carcajada del otro lado de la línea lo cual hizo acentuar el ceño fruncido de Alexander.
            —Lamento que mis juegos te hagan sentir celoso, Lexie —La voz socarrona de Ethan lo hizo apretar los labios. Como odiaba cuando el vampiro encontraba motivos para burlarse de él; muchas veces lograba torcer el sentido de las cosas que él decía. Antes de que Alex pudiera responder, Ethan agregó: —. Te enviaré el número por correo, así que relájate.
            Y colgó.
            Alex sintió una ceja temblar.
            Ethan cada día se torcía más que el día anterior y se volvía más y más raro. Soltando un profundo y cansado suspiro, Alexander Night terminó por salir del territorio del guardián de los lobos del norte.

***

            Esa noche, Kirsten no pudo pegar el ojo en ningún momento; más de una vez se había despertado y se había levantado a checar la ventana como esperando ver a Alexander Night colgado de la misma. La había cerrado de a postas en la mañana, con intención de qué si él realmente se iba a aparecer por allí, entonces tendría que hacer algún ruido que pudiera alertarla y despertarla; pero a pesar de haber pasado la noche en vela, Alexander Night no había hecho acto de presencia como había prometido.
            “Espera… Pero igual él no especifico cuando iba a venir…”. Si, posiblemente era eso. QUERÍA pensar que era eso antes de regresar a la idea inicial de que se había vuelto completamente loca.
            —¡Uy! —Abby se llevó una mano a los labios al verla aparecer por el arco que daba la cocina, aparentemente estaba haciendo el desayuno. Kirsten miró de soslayo a la estufa, rogando por que los huevos estrellados de Abigail no se fueran a quemar como era habitual en todo lo que cocinaba —. Te ves horrible.
            —Gracias —Masculló Kirsten y pasó a sentarse en una de las sillas del juego de comedor.
            Abigail fue hasta uno de los gabinetes y tomando una taza se aproximó a la cafetera encendida a un lado de la estufa. Llenó la taza hasta el tope con café caliente y recién hecho, finalmente se lo llevó a Kirsten junto con dos sobres pequeños de endulzante artificial.
            Kirsten le sonrió agradecida mientras recibía la taza; le agregó solo un sobrecito de endulzante y pasó a beber el café en silencio mientras se frotaba los ojos.
            —Estoy demasiado cansada —Susurró más para sí misma que para Abigail, aun así Abby la miró por sobre el hombro un poco preocupada.
            —¿No dormiste bien anoche? Es raro en ti, siempre has tenido facilidad para dormir y eres muy dura de despertar.
            —¿Qué la dura de despertar no eres tú? Duermes igual que un muerto, Abby —Rió Kirsten a lo que la muchacha frente a ella hizo un enorme puchero disgustado. Abigail se giró dándole la espalda y no le volvió a dirigir la palabra mientras terminaba el desayuno.
            Aun era algo temprano, así que Kirsten pudo permitirse la idea de tomarse su tiempo para alistarse. Cubrió sus enormes ojeras con corrector y luego lo disimuló muy bien con polvo facial; el rubor y algo de color en los labios lograban que su palidez pasara por alto.
            No tenía muchas ganas de vestirse y arreglarse al extremo, así que terminó escogiendo una sencilla blusa rosa con lunares blancos, un jean y zapatos bajos y cómodos que le permitirían moverse con facilidad mientras estuviera en el colegio. Seguro los pequeños diablillos de los que le tocaba hacerse cargo, la harían corretear de aquí para allá. Cuando Kirsten le contaba a Abby sobre su día a día como profesora en prácticas para educación elemental y primaria, Abigail se horrorizaba y constantemente preguntaba cómo podía Kirs mantenerse firme ante la decisión de graduarse de una carrera que la estaba acabando —Y eso que aun no había comenzado del todo—. A pesar de todo, Kirsten seguía adorando a los niños.
            Asegurándose de que llevaba todo el material que había planeado el día anterior dentro de su bolso, terminó haciéndose una cola de caballo en lo alto de la coronilla y felizmente salió del departamento. No había necesidad de apresurarse puesto que había salido con casi media hora de anterioridad; siempre había sido puntual a la hora de llegada y eso era lo primordial para un estudiante universitario en prácticas: demostrar puntualidad, responsabilidad y profesionalidad.
            A la final, no se sorprendió que el día corriera sin ningún contratiempo como todos los anteriores. No sabía si había estado esperando algo en particular que fuera un cambio radical a la monotonía… Bueno, obviamente tendía a esperar que algo pasara, porque después de lo de la fiesta de su hermano mayor sucedían unas cosas tras otras, por supuesto muy fuera de lo común.

***

            Eran las tres de la tarde y ya estaba increíblemente cansada. Igualmente no se había tomado el privilegio de dormir las ocho horas a las que estaba rígidamente acostumbrada.
            Kirsten suspiró aliviada al oír el sonido de la campana que indicaba el receso de los niños y la hermosa y brillante hora que tenía para ir y almorzar. Saludó a la profesora de turno que entró por la puerta con una sonrisa y se dedicó a buscar su bolso, la mujer la cubriría el tiempo suficiente como para permitirle tomar algo para almorzar en la cafetería del frente.
            Realmente le importó muy poco salir con el delantal manchado de pintura que había usado para cuidar su vestimenta en la clase de arte. Digamos que ellos jamás estaban tranquilos cuando usaban pinturas, y eso generaba grandes manchas en las blusas y pantalones de Kirsten; después de comprender eso durante las primeras clases —Y de notar que las demás profesoras llevaban un delantal—, optó firmemente por comprarse su propia protección.
            Una de las señoras encargada de la limpieza abrió la puerta de entrada del colegio para ella mientras le dedicaba una sonrisa amable. Kirsten le sonrió en regreso haciendo un suave asentimiento de cabeza luego se dedicó a caminar sin más.
            —Disculpa.
            Una voz masculina a sus espaldas la hizo sobresaltarse.
            Miró por sobre su hombre y se encontró con los profundos ojos azules de un hombre alto y atractivo. No tendría mucho más de veintiún años, y aun así los rasgos masculinos eran perfectos y exactos, dejándolo con una belleza oscura y madura a pesar de verse bastante joven.
            Su cuerpo perfectamente esculpido estaba cubierto por una débil camisa blanca y unos pantalones negros de una tela bastante fina en apariencia. Los cabellos negro ébano,  eran cortos y lacios haciendo un increíble contraste con al color de los ojos azules que primeramente había captado.
            Él sonrió de medio lado, como si apreciara las atenciones que ella hacía a la belleza oscura de él.
            —¿S-Si? —Preguntó ella regresando a la realidad.
            —Tu eres… Kirsten Shower, ¿No? —El hombre se acercó a ella caminando despacio y hundiendo ambas manos en lo profundo de los bolsillos de sus pantalones.
            Kirsten en su vida había visto a ese hombre.
            —Es posible —Susurró con algo de cautela. El hombre rió ampliamente, como divertido por sus reacciones; seguidamente tendió la mano hacía ella entrecerrando los ojos a su vez.
            —Es un placer, mi nombre es Svante.


N.A: Hola chicas, de antemano quiero disculparme con todas ustedes por haber tenido tantas semanas sin actualizar el blog. Cómo ya sabrán desde la última vez, aun no había contado con el servicio de la internet y tampoco con el tiempo suficiente como para ir a algún sitio pago para subir el capítulo —Estaba en semanas de parciales—, ya puedo decir que retomaremos la subida de capítulos y como disculpa, este viernes publicaré otro capítulo.
De verdad espero que me disculpen y que hayan tenido muy buena semana santa.
Besos y Abrazos,
Antonella.


[1] Juego que consiste en matar a un grupo de zombies con plantas antes de que estos invadan tu casa. N.A: Ethan juega la versión para android.
[2]  Consola de videojuegos PlayStation 3.
[3]  Call of Duty y la saga Uncharted, son videojuegos de aventura y acción para PS3.

11 comentarios:

Anónimo

Holaa, se te extraño mucho estos dias, pero valio la espera!! Saludos desde Uruguay y espero ansiosa tu proxima publicación!!

Maria

Anónimo

gracias por tu publicacion....no olvides que prometiste escribir para este viernes...sigo tu blog desde hace tiempo...esta historia me atrapo desde el comienzo....espero que cuando la termines se pueda descargar.

Anónimo

se te perdona... ;) el ccapitulo es muy bueno... siiii, y espero el viernes para poder dormir tranquila!! jajajaja besitos...

Anónimo

THANK YOU TE EXTRAÑE MUCHO MUCHAS GRACIAS POR TUS RELATOS

Anónimo

THANK YOU TE EXTRAÑE MUCHO MUCHAS GRACIAS POR TUS RELATOS

faby

Hola Anto!!!
Mira chica se te perdona todo, ya que nos traes nuevos capítulos muy buenos.
Sigue adelante que yo te espero.
Besotes.

Anónimo

Anto!!!
Te extraÑeee mucho y aunque estaba de viaje estoy pendiente siempre de tus publicaciones TQM gracias por publicar cada dia mejor!!

Espero el viernes!! Un super abrazo

Alex de Venezuela

Anónimo

hooolaaaa... yo creo k no hay nada k perdonar asi es la vida...aveces las cosas no son como nos gustaria... en fin k bueno k hayas publicado un nuevo capitulo...por mientras releí los anteriores xD.... y este estuvo weno weno weno...muchos cariños y espero te fuera bien en tus estudios... espero ansiosa en nuevo cap cuando puedas publicarlo..cariños de tu fiel y vieja seguidora XD...

PAMELA

PD: ya me habia asustado..pense k estarias tan ocupada como la ultima vez k dejaste de publicar, ya tenia la idea de esperarte otro año mas para el siguiente cap...me alegro estar ekivocada.. y si no lo dije antes gracias por tu dedicacion y por compartir tus libros.. cariños x 100000000

lilen

Me encanta ANTO espero el del viernes.

Anónimo

Quien es Svante? estoy muuuy perdida!!

Muy lindo capítulo se te echó mucho menos pero volviste con todo ehh
Espero con muuuuuchas ansias que sea mañana.

Besos :)

Anónimo

Hola Anto, que bueno que volviste y que buen capítulo, la verdad cada vez que leo un capitulo nuevo me pongo más ansiosa.
Gracias por continuar escribiendo.
Un beso
Alenka