Ficha Técnica
Titulo: El Otro Lado de la Oscuridad
Género: Romance, Paranormal, Fantasía
Sinopsis:
El otro lado de todo Ser…
Connor Brown no recuerda nada sobre su pasado. No sabe quien fue su creador, ni por qué es diferente a todos los demás vampiros… La suposición de todos sus amigos es que quizás Connor sea un hibrido. Mitad Vampiro, Mitad Humano. Aunque había comenzado a acostumbrarse a su estado e incluso lo aceptaba del todo…
…Es como el otro lado de la oscuridad...
No fue hasta ese fatídico día. El día en que conoció a su compañera, fue el mismo en el que descubrió una segunda personalidad en su interior. Para tristeza suya, su otra personalidad florece cada vez que ve a su compañera y por lo tanto nunca ha podido siquiera dirigirle una mirada… ¿Cómo podría él lograr soportar todo eso? ¿Cómo podría tener a Eleanor Barrett tan cerca, al mismo tiempo que tan lejos?
Adelanto...
Prologo
Aproximadamente Cien años atrás
Afueras de Keith, Escocia
-¡Maldición!
Su pierna comenzaba a acalambrarse del dolor. La herida causada por la flecha de una de sus compañeras de caza había atravesado su pierna derecha, y a pesar de haber sacado el punzante objeto, la herida comenzaba a infectarse.
Bregam había soportado muchas cosas para llegar al puesto de líder del clan de los cazadores… Pero desgraciadamente sus compañeras no parecían estar muy de acuerdo y mucho menos conformes con la idea de que ella asumiera el mando… No es como si ella también le gustara la idea.
Sus cabellos rubios, antes largos y perfectamente cuidados, ahora estaban cortos hasta la nuca y con las puntas desgastadas y quemadas… Efreig, quien comandaba la oposición al liderazgo de Bregam, se había encargado de cortarle y quemarle sus hebras doradas que con tanto esmero había mantenido.
-Eres una perra… -Le había dicho –Una recién llegada como tu que ni siquiera a alcanzado la edad para obtener la inmortalidad, no debería ser nuestra líder.
Se recostó del árbol y apoyo todo su peso en el hombro izquierdo mientras respiraba con dificultad… La herida dolía como los mil demonios, y debido a la perdida de sangre y a que comenzaba a infectarse, Bregam estaba comenzando a ver todo borroso, síntoma de que no duraría en perder el conocimiento en cualquier momento.
<> Rogó para sus adentros, justo al tiempo que oyó el chasquido de las hojas detrás de los arbustos. Bregam aguantó toda la respiración, pero se relajo positivamente al observar a la invasora.
Megan seria quizás la única que estaba de su lado. Era la menor de todas las cazadoras vigentes, así como la más poderosa.
-¡Meg! –Exclamó con alegría. Megan abrió los ojos de par en par al verla y corrió hasta llegar a su lado.
-Dios santo, líder –Dijo con dificultad, arrodillándose en el suelo para examinar la herida –Es realmente profunda… No se si podre curarla.
-Estoy bien… ¿Qué haces aquí? Si Efreig se entera que estas ayudándome te mataran a ti también.
-Efreig jamás levantaría una mano contra mí… No es tan estúpida, sabiendo que puede morir si solamente yo levantó una mano –Megan se levantó y la observó con suma tristeza –Es usted y siempre será la única a la que yo obedeceré.
Bregam sonrió. Meg aparentaba exactamente unos catorce años, la edad que no estaba fuera de la realidad… Aun le faltaba mucho para alcanzar la inmortalidad, y Bregam no iba a dejar que la única amiga que había conocido muriera por su jodida culpa. Simplemente no podía permitírselo ni a ella ni a Meg.
-Agradezco tu lealtad, Megan. Y como has prometido obedecerme, regresaras al campamento y no volverás a buscarme.
Los castaños ojos de Meg se abrieron de par en par, sus labios se separaron con ligereza.
-Pero…
-Has lo que te digo.
Los ojos de Megan se nublaron y cuando asintió, dejo de observarla para concentrarse en el suelo.
-Si, líder –Meg rebusco entre el bolsillo de su camiseta y sacó un pequeño relicario en forma ovalada. Luego se lo tendió a Bregam con los ojos seriamente empapados en lágrimas –Por favor, llévelo con usted siempre… Y ni se atreva a morir, por que le juro que me enojare de veras e iré al mismísimo infierno a matarla nuevamente.
Dicho esto, Megan desapareció por los mismos arbustos de donde había salido. Bregam introdujo el relicario dentro de su camiseta, resguardándolo de una posible perdida. Enseguida su mirada azulina se oscureció y la tristeza la invadió fuertemente.
Todo esto era culpa del maldito de Baldur… Si no hubiese sido por él, entonces Bregam no estaría sufriendo las controversias de haber sido traicionada por las suyas. ¿Por qué tuvo que Baldur haberla escogido a ella como la nueva líder del clan? ¿A ella una cazadora todavía en la flor de la pubertad y que ni siquiera había alcanzado la inmortalidad? ¿Enserio Baldur pensaba que será capaz de sobrevivir mucho tiempo?
Después que las cazadoras alcanzaran la inmortalidad, todavía existía una manera de acabar con ellas. Solo una persona muy importante y que prevalecía en el corazón de dicha cazadora, era la única capaz de matarla.
Mientras no fueran inmortales, hasta la más mínima herida proporcionada por cualquiera, podría acabar con ellas.
Suspiró con fuerza mientras presionaba con la mano, la hemorragia de su pierna.
-Te he encontrado, maldita perra… -El sonido de la voz femenina la helo por completo. Volvió la vista para encontrarse cara a cara con Efreig, sus diabólicos ojos brillaban con expectación y con sed de sangre.
Bregam sintió como alguien la sujetaba por detrás. Estaba demasiado débil como para defenderse, pero aun así intentó luchar contra su captora.
Efreig se acercó con lentitud mientras blandía una espada de filo completamente nueva. Para su propio trastorno, Bregam comenzaba a sentirse totalmente entumecida, ese tipo de estupor en el que entras cuando estas quedándote dormido y contra el cual se te hace totalmente imposible luchar.
Se oyó como el arbusto volvía a moverse.
Bregam maldijo por lo bajo, rogando que no se tratara de Megan, quien estúpidamente se creía algún superhéroe he intentaría salvarla. Efraig acercó la espada hasta su yugular.
-¿Sabes desde hace cuanto deseaba el verte así? Tenía tantas ganas de estrangularte y de sentir como te retorcías bajo mis manos… -Sonrió ante la morbosa imaginación de la escena –Pero al parecer las cosas no salieron como yo quería.
La respiración se le volvió entrecortada y Bregam intentó con todas sus fuerzas luchar contra la abominable oleada de cansancio y sueño que la invadió. Tenia miedo de quedarse dormida, porque si lo hacia sabia perfectamente que no viviría para contarlo… pero… La perdida de sangre se hacia cada vez mas evidente.
-¡Prepárate para morir, Bregam! –Justo cuando oyó la voz de Efreig invadir el ambiente y cuando ella levantó la espada para poder encargarse de cortarle la cabeza, Bregam cayó inconsciente.
***
Se despertó sosteniendo una bocanada de aire en su interior. Estaba traspirando sobre una acolchada cama y un cobertor la cubría hasta mediados del estomago; su pierna, la que había estado herida el día anterior, dolía como los mil demonios y lograba que su cuerpo temblara violentamente a causa de las oleadas de ardor.
Soltó un chillido mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
Apenas y fue consiente del hombre que se acercó a ella y que tomando un pequeño pañuelo húmedo se lo deslizo por la frente limpiando las gotas de sudor.
-Tranquila, pequeña. La fiebre bajara pronto lo prometo.
Bregam supuso que estaba agonizando, veía todo completamente borroso y cada vez el dolor era mas intenso. Sin pensar siquiera en que era lo que estaba haciendo, tomó la mano del hombre entre las suyas y la apretó con fuerza mientras sollozaba.
***
Cuando Bregam despertó de nuevo. La fiebre había bajado y el dolor era casi imperceptible. No sabia cuanto tiempo había transcurrido desde que se había quedado dormida.
Con algo de dificultad y con el cuerpo aun débil debido al ataque febril, Logró sentarse en la cama y observar a su alrededor. Era un dormitorio amplío y hermoso, decorado en tonos azul fuerte.
Bregam reparó en el hombre dormido en el sillón al lado de la cama. Inhumanamente hermoso, los cabellos negros rozaban ligeramente su frente, llevaba la ropa desarreglada y una barba incipiente decoraba ágilmente su mandíbula. El hombre se removió incomodo en el asiento y entonces abrió los ojos, de un tono azul con deliciosos matices de ese mismo color.
-Despertaste… -Dijo con voz ronca mientras frotaba sus ojos.
-¿Dónde estoy? –Entonces el olor le froto la nariz y Bregam prácticamente saltó de la cama -¡Un vampiro!
El hombre frunció el ceño.
-Mi nombre es Blasius Nortton y soy el que te ha salvado de la muerte más horrible que podías haber tenido.
Los ojos de Bregam se inundaran de miedo.
-¿Vas a matarme?
-No, no voy a matarte… -El hombre se levantó del asiento –Al parecer tus amiguitas ya lo han intentado. Te he salvado y lo único que pido a cambio es que no comiences a matar a cualquier vampiro que se te atraviese por el medio en cuanto puedas levantarte y caminar –Blasius se acercó y le levantó el cobertor –Revisemos que tal se encuentra tu herida, pequeña.
Bregam aun no salía de su shock… Había sido salvada por un vampiro, las bestias que se suponía ella debía de matar. Se mordió el labio inferior, ante la ternura del toque de Blasius y la manera tan tangible y paternal de cómo la trataba.
-¿Cómo te llamas?
Ella dudó.
-Bregam.
-¿Bre que? –Blas arqueó una ceja –Ese nombre es muy feo para una niña bonita –Aseguró. Pero Bregam sabía que ella debía de verse terriblemente fea. Estaba toda herida, con moretones y el único atributo que realmente había valido la pena cuidar, sus cabellos rubios, habían desaparecido al ser cortados e incinerados –Haber…
-¿Disculpe? ¿Puedo quedarme con usted? Se que es estúpido ya que soy una cazadora, pero realmente me gustaría…
El hombre parpadeó y luego asintió.
-¿Por que no? Pero debes olvidarte de ese horrible nombre que más bien parece la forma de decirle a algún vegetal… Veamos… -Blasius pensó un poco mientras limpiaba la herida de su pierna y la vendaba –Te llamare Eleanor… Eleanor Barrett y Ellie para los amigos ¿Qué tal?
-Ellie… -Repitió. Le gustaba. Y mientras observaba como él curaba las demás heridas, Ellie hizo una promesa… Ella amaría todo lo que Blasius Nortton amaba. Protegería todo lo que él quisiera proteger… Seria su sirvienta para así poder saldar la deuda que florecía en su corazón.
Proximamente por Anto's World...